La marcha de su directora artística se suma a una lista de incógnitas sobre el futuro inmediato del centro, pendiente de concretar la donación de parte de su colección a la Generalitat
VALÈNCIA. Fue el viernes por la tarde cuando el nuevo Museo Helga de Alvear en Cáceres anunciaba a través de un comunicado la identidad de la que será su primera directora: Sandra Guimarães. El anuncio llegaba dos días después de que el patronato de la fundación que rige el centro cultural resolviera la convocatoria, un concurso abierto que echó a andar en noviembre de 2022. Algo más de medio año después, la búsqueda ha finalizado y la plaza de dirección queda cubierta por una gestora que no es una desconocida para el mapa artístico valenciano, pues es la actual directora de Bombas Gens, el centro privado impulsado por la Fundación Per Amor a l’Art.
Su nombramiento pasó en un primer momento algo desapercibido y no fue hasta el sábado preelectoral cuando la fundación valenciana se pronunció al respecto con un escueto comunicado en el que se limitan a agradecer la labor de Guimarães al frente del centro. “Durante los últimos tres años ha realizado una magnífica labor de difusión de la Colección Per Amor a l'Art, así como de la obra de relevantes artistas contemporáneos contribuyendo a dinamizar la vida cultural de nuestra ciudad. Para la Fundació ha sido un gran honor contar con una persona de gran valía humana y profesional”, explica Susana Lloret, vicepresidenta de la Fundació Per Amor a l'Art, a través del mencionado comunicado.
También se aclara que Guimarães continuará gestionando la programación del centro valenciano hasta final de año, teniendo pendiente la participación en la nueva edición de PHotoESPAÑA, en la que presentará el proyecto Somebodies, así como la exposición Timm Rautert y las vidas de la fotografía, una amplia retrospectiva de uno de los fotógrafos contemporáneos más destacados de Alemania que abarca cinco décadas de su producción. Preguntados por este diario sobre quién ocupará su puesto o si mantendrán la estructura actual en el ámbito de la dirección, desde la fundación han declinado ampliar información al respecto.
Lo que queda claro es que Bombas Gens pierde a su líder en el ámbito artístico y, de momento, no está claro quién asumirá su rol, una salida que comenzó a gestarse en ese 2022 en el que se inició el proceso de selección del Museo Helga de Alvear. Dos años después de su aterrizaje en València, Guimarães ya estaba planeando su salida. Fue en 2020 cuando la portuguesa asumió la dirección artística de Bombas Gens, en sustitución de Nuria Enguita, que cambió el centro privado por la dirección del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM). Su rol estuvo marcado por un perfil más bajo que el de su predecesora, un cambio que respondía también a una nueva estructura interna. Enguita, por cierto, ha formado parte del comité de selección que ha dado nuevo destino a la portuguesa, un comité que también contó con la participación de Manuel Borja-Villel, anterior director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, o Udo Kittelmann, director artístico del Museo Frieder Burda.
Seis años después de su inauguración, Bombas Gens recibirá próximamente a su tercer director artístico, una marcha que se suma a una larga lista de incógnitas en torno al futuro del centro, un listado que sigue creciendo a la espera de respuestas. Lo cierto es que desde hace algunos años, especialmente tras el confinamiento, el centro cultural vive un proceso de transformación interno, tal y como ha relatado este mismo diario, que comenzó con un cambio de estructura y adelgazamiento de algunos departamentos. La enfermedad del presidente de la fundación, el empresario José Luis Soler, obligó a modificar también el futuro inmediato de la colección de arte, que se dio por concluida.
“Se acabó, porque estamos en una etapa nueva y hay que ser consecuentes. Hemos llegado a donde teníamos que llegar”, reflejaba Lloret en una entrevista publicada por la revista Vanity Fair, un mensaje al que acompañaba el de la necesidad de buscar la “sostenibilidad” de la institución. Esta decisión tuvo una consecuencia directa, el alejamiento de Vicent Todolí, quien había sido hasta entonces asesor de la colección, un movimiento que daba cuenta de una transformación que todavía está por completarse.
El gran movimiento salió a la luz el pasado mes de noviembre. La Fundació Per Amor a l’Art y la Generalitat Valenciana anunciaban el inicio de un proceso de negociaciones para concretar medidas de colaboración que den “un nuevo sentido al centro cultural Bombas Gens”, un acuerdo que pasaba por buscar un “encaje real” entre el centro privado y IVAM, explicaron entonces. La noticia resultaba un tanto extraña en tanto que rara vez la Conselleria de Cultura confirma un proceso de tal envergadura en una fase tan inicial. También porque, apenas unas semanas después, el secretario autonómico de Cultura y Deporte, Ximo López, negaba que hubiera ningún tipo de negociación: lo que había era una recepción de propuesta.
“Se ha dado por hecho que se han dado unas conversaciones que no se han dado hasta ahora. La fundación propietaria de ese espacio pidió, propuso, la colaboración de la administración pública para reorientar o crear un nuevo escenario para esa colección [Per Amor a l'Art] y ese espacio [Bombas Gens] y, entre otras administraciones, se lo hizo saber a la Generalitat y desde la Generalitat estamos estudiando cómo se podría hacer", declaró durante la presentación de la nueva temporada del IVAM.
Sea como fuere, el matiz perdió su importancia cuando en febrero ambas instituciones emitían un nuevo comunicado en el que se confirmaba que trabajaban en un acuerdo de colaboración “que hará posible que parte de la colección José Luis Soler Vila (anteriormente denominada colección Per Amor a l’Art) contribuya a enriquecer el patrimonio cultural de los valencianos”. Así, la fundación privada confirmaba que donará “parte” de su colección a la administración pública, una donación que pasaría por el IVAM. En cualquier caso, ninguna de las comunicaciones aclaraba qué piezas recalarían en los fondos públicos, de qué forma se integraría en el museo ni cuáles eran las claves de un acuerdo que todavía no se había cerrado.
Este ha sido el último movimiento público al respecto, un proceso que de manera obligada estaba pendiente de las elecciones autonómicas celebradas este domingo. No en vano, las negociaciones se han desarrollado durante estos meses con la Conselleria de Cultura, liderada hasta ahora por Compromís, gobierno que cambiará de color tras la victoria del Partido Popular y, con él, cambiarán los interlocutores. Esta nueva etapa se inicia con el acuerdo sin cerrar y, por tanto, con la incógnita sobre cuáles serán las nuevas sensibilidades al respecto. Preguntados por este diario sobre el avance del proceso, desde la fundación se han remitido al comunicado del sábado.